lunes, enero 25

Empatía Cultural: cambiando tanques por dialogo

Transando las ideas de Maquiavelo, no me convence que el fin justifique los medios para desarrollar este trabajo. En su lugar utilizare como figura retórica a Gandhi, pacifista mayúsculo y ejemplo a nivel mundial de la lucha sin recurrir a la violencia. Soy una de las partidarias de que el suicidio o asesinato colectivo no son la solución. Este personaje hizo del concepto colectivo de amor, su arma política, o al menos eso demostró. Fue en Enseñanza Media cuando un profesor de Ciencia Social me presento a Gandhi. Se abrió en mi el debate personal a partir de ese día sobre el concepto de paz y de guerra, el para qué existen.



La paz es la utopía y la guerra lo actual. El conflicto social es concreto. Nace con el propósito de obtener poder. La guerra también nace en el hombre cuando no existe dialogo. Es decir, cuando se pueden exponer argumentos sin impedir que el otro también exponga los suyos. Pero no se puede dialogar si uno no considera sagrado lo que para el otro sí lo es. Es como tener a un cristiano, un pagano, un judío y un musulmán hablando de Jesús de Nazareth o el mismo ejemplo con todos los colores políticos de Chile. Una vez que se logra la tolerancia y el respeto recién se puede dialogar. Comprender que el Otro es un ser como uno mismo es el primer paso. Luego se aprende de la cultura del otro, se le conoce y nace tras la curiosidad una simpatía que evoluciona en empatía. Al empatizar con la identidad cultural del otro y entender que todos pertenecemos a una misma historia, un mismo planeta con 5 continentes no subdivididos como es el caso de América (donde aceptamos un Norteamérica, un Centroamérica y Latinoamérica) nace un mosaico armonioso de religiones, nacionalidades, colores de piel, banderas, creencias, etc. Que logran un después de ver las diferencias. Despues de apuntar al otro, viene la autocrítica. Así se alimenta el sueño, la esperanza, que es lo que nos mantiene vivos, de avanzar a diario en el camino a un Estado de Bienestar. Pero aunque educamos a las generaciones mas jóvenes para que no cometan los mismos errores y mantengan el camino que tanto ha costado forjar, existe la guerra aun en estos días en que nos dejamos de creer trogloditas."La humanidad no puede liberarse de la violencia más que por medio de la no violencia." Educación es lo que se necesita. No cultos eruditos ni hombres de sociedad ni ninguna trivialidad como aquellas. Educar a la juventud, a los niños, a nuestros hijos y nietos a empalizar con el prójimo fuera de cualquier religión para que siempre persigan el sueño esperanzador de dialogar entre civilizaciones. Es necesario informarse inteligentemente, porque en un mundo donde los medios de comunicación masiva son controlados, cuesta. Se llega incluso a demasiado silencio por parte de estos a la discriminación racial, sexual, clasista, elitista. Alimentando las mentes de los jóvenes que son los únicos que nutrirán el mundo del mañana y los únicos que moverán masas con la vitalidad suficiente requerida, se podrá poner fin a la amenaza del terrorismo. Es un proceso abierto, una invitación a cambiar los prejuicios que hacemos a diario a todos nuestros pares. El cambio comienza por uno, comienza ahora. Debemos cambiar para criar con esta empatía a nuestra descendencia. Es una revolución espiritual esencial que debe iniciar ahora porque si seguimos asi, con la filosofía de ojo por ojo, diente por diente “el mundo acabará ciego. Con tanta guerra injustificada, aunque en realidad nada la justifica, "la vida y la muerte no son sino caras de una misma moneda”, moneda que usamos diariamente para comprar pan. La guerra es parte de la cotidianeidad. El problema humano es que no se dialoga, se negocia. Hay que crear conciencia, enseñar y predicar cuales son los principios que se deben respetar. El derecho de todo ser humano a ser respetado. Suficiente con la sola afirmación tan aclamada de “Mi derecho termina donde comienza el derecho del otro”, debe añadirse “Tu libertad termina donde comienza la del otro” Son dos cosas muy distintas la libertad y el derecho, pero se requieren ambas ideas para dar paso al respeto. Es primordial para la buena relación entre seres humanos. Todo comienza por casa, luego se difunde, se transmite y se contamina al mundo, pero en este caso, se contamina con algo positivo, a través de publicidad y educación. Sería un cambio concreto si en lugar de tanto bombardeo publicitario sobre mayonesa, tallarines, cerveza, sexo o servicio militar, existiesen mas cortos comerciales en los medios de comunicación masiva que nos laven el cerebro con igual potencialidad .Como un AH1N1 que nos de fe en el raciocinio humano y en que, aunque seamos animales, tenemos la capacidad de elegir si matarnos entre nosotros o vivir y dejar vivir. El camino es ancho para que todos pasemos de una vez. Es fácil dejar de repetir la historia. Es un punto de partida. Caerse y levantarse y ser participe del cambio. Porque yo no quiero llegar a las horas agonizantes y ver que se me paso de largo por no tener valor y dejar que los demás hablen y guardarme la opinión. Quiero morir sabiendo que le enseñe a los que me rodeaban donde estaba la puerta abierta y que entre mas dura la batalla, mas dulce la victoria. Cada quién descubre su propio aprendizaje en este mundo, reiterando q no importan las caída, sino las veces q nos levantamos de ellas. Quien vive recordando el daño q los otros nos han causado solo almacena de por si mas sufrimiento. Así es el mundo, así es la vida, muchas veces creemos que somos superiores y q estamos por sobre los demás con la capacidad innata de juzgar a los demás, pero antes de buscar pretextos en los demás debemos buscar en nosotros mismos la causa de aquel efecto. Los obstáculos q nos presenta la vida, nuestros propios porrazos son las pruebas para coger aquel lazo q nos hará mejores y más felices. Veo los hechos cotidianos con logica. Estudiar, jornada laboral, cobrar, pagar y vuelta a empezar. Creo en la resistencia al sistema, al menos no formo parte de la corriente porque me rehúso a estar cien por ciento condicionada a sonreír cuando es debido, comprar tal producto, cerrar la boca y vestir escote para conseguir trabajo. No me gusta este sistema donde no hay cabida a sabiduría. ¿Quién tiene el poder espiritual de escaparse? Todos. Es cosa de hacer la elección. Es fácil vegetar intelectualmente y dejar que los demás hagan todo por mi y pegarme a la idea que más me convenga. Sé que llegara el día en que los primeros serán últimos porque creo en ello. No quiero que la infancia con inocencia, con divina ignorancia que no tuve, porque me di cuenta de lo enfermizo del ser humano muy temprano, lo vivan los niños del mañana. No quiero dejar el futuro al azar y que un día nos estemos matando nuevamente por un kilo de papas, por un aso de agua, por tierra.

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